“La inmortalidad electoral sin escrúpulos”: Murió hace 20 años y sigue activa su cédula para votar en Palmar de Varela

Una situación insólita ha surgido en Palmar de Varela, donde la cédula de Edgardo César Escorcia Domínguez (QEPD), un campesino fallecido hace casi 20 años, se encuentra “habilitada” para votar en las próximas elecciones. La denuncia fue realizada por su yerno, Jaime Fontalvo Coronado, y plantea interrogantes sobre la integridad del sistema electoral en Colombia.

Edgardo César Escorcia Domínguez, quien falleció el 24 de marzo de 2004, aparentemente “puede votar” en las elecciones programadas para el 29 de octubre. La cédula del difunto (número C.C.851767) permanece activa, lo que ha desconcertado a la familia y ha generado preguntas sobre la efectividad de la Registraduría Nacional del Estado Civil en mantener su base de datos actualizada.

Jaime Fontalvo Coronado, yerno de Edgardo, descubrió esta situación de manera inusual. Por curiosidad, consultó la página de la Registraduría Nacional esta semana para verificar si la cédula de su suegro había sido dada de baja. La sorpresa fue evidente cuando se enteró de que la cédula seguía activa y que su suegro “podría votar” en la Institución Educativa Técnica Comercial e Industrial de Palmar de Varela, Mesa 1.

Este incidente ha levantado dudas sobre el proceso de dar de baja las cédulas de los fallecidos. Jaime Fontalvo ha planteado la pregunta crítica: “¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que la cédula sea dada de baja?”. La situación se vuelve aún más preocupante en el contexto de las elecciones, donde cualquier irregularidad puede socavar la confianza en el proceso democrático.

Los familiares de Edgardo César Escorcia Domínguez han proporcionado pruebas de su fallecimiento, incluido un certificado de inhumación emitido el 24 de marzo de 2004 por el DANE y avalado por el Notario Único de Santo Tomás de la época, Francisco Mejía De La Hoz, el 4 de septiembre de 2007.

Esta historia plantea interrogantes importantes sobre la gestión de las listas de votantes y resalta la necesidad de una investigación para esclarecer cómo una cédula de una persona fallecida puede permanecer activa durante tanto tiempo. En un momento en que la integridad de las elecciones es crucial, este caso llama la atención sobre la necesidad de mejorar y mantener la transparencia en el sistema electoral colombiano.