Siguen imparables las operaciones militares en la frontera de Israel con Gaza

La escalada del conflicto entre Israel y Hamás, que empezó el pasado 7 de octubre, sigue cobrando fuerza con persistentes ataques desde ambos bandos, mientras al menos 120 personas continúan como rehenes de la organización palestina.

La Franja de Gaza, bajo asedio total desde el lunes por parte del país hebreo —que privó al enclave del suministro eléctrico, de agua y de alimentos—, está al borde de una catástrofe humanitaria con hospitales abarrotados y cada vez más infraestructura destruida por los constantes bombardeos israelíes.

Pese a que el Ejército del país hebreo prometió realizar un «operativo terrestre» a gran escala en Gaza y prepara a sus tropas y equipos blindados cerca de la frontera, hasta el momento no dado inicio a su plan, el mismo que, según las estimaciones del propio Ministerio de Defensa israelí, podría tardar uno o varios meses.

Ante la preparación del operativo israelí, el país hebreo comunicó a la ONU que 1,1 millones de personas que viven al norte de Wadi Gaza tienen que desplazarse al sur del enclave, algo que el organismo internacional dijo que era «imposible» de llevar a cabo.

De acuerdo con las últimas estimaciones, más de 2.800 palestinos han muerto y unos 12.000 han resultado heridos desde la escalada de las hostilidades, mientras que más de 1.400 israelíes perdieron la vida y unos 3.300 sufrieron lesiones. Paralelamente, más de 423.000 habitantes de Gaza han tenido que desplazarse como consecuencia de la situación actual.

Por otro lado, durante los últimos días se han incrementado las tensiones en la frontera entre Israel y el Líbano, que han intercambiado ataques esporádicos. Las fuerzas israelíes aseguran que han abatido a varios hombres que incursionaron en su territorio desde su vecino del norte o que trataban de hacerlo. Desde el movimiento chií libanés Hezbolá han declarado que están dispuestos a «contribuir» al enfrentamiento contra el país hebreo.