Las máscaras de la hipocresía

Sobre la legalización de la marihuana, cocaína y alcohol

Por Ulises Redondo Cienfuegos

Las máscaras de la hipocresía ocultan las verdaderas intensiones cuando se trata de defender lo conveniente o inconveniente a nuestros intereses, haciendo ver lo aparente como real. El hipócrita finge o expresa sentimientos, opiniones o valores contrarios a los que realmente tiene.

El vino era la bebida embriagante en tiempos de Jesús. Él convertía el agua en vino. Seguramente Jesús descubrió una forma de maduración o fermentación más rápida. A Jesús lo seguían multitudes, pero como siempre estaban los “colados”, borrachines acostumbrados a mamar ron gratis. “Gorreros”, coloquialmente hablando. Chirinche gratis, “pea” segura.

Yeshua Ben Mariam, o Jesús, fue un hombre extraordinario, pero no era Dios. Era hijo de la naturaleza como todos nosotros. No hijo de lo sobrenatural. Mortal como todos. Finito como todos, no infinito. En las bodas De Cana a lo mejor hubo francachelas entre Yeshua y sus apóstoles. Eran humanos. Fue Pablo de Tarso quien “Le achacó el eslogan: el divino Jesús. De humano elegido por Dios lo transformó en un Dios inmortal e inasequible que debía ser obedecido por ser una entidad cuyo poder era incuestionable. El adjetivo ‘inmortal’ era una palabra muy familiar entre los griegos y romanos para sus dioses. Esta estrategia (convertir a Jesús en Dios) hizo posible poder fundar una religión y competir así con otras religiones de su tiempo. Y es sabido que la religión es un excelente negocio” (Jesús no autorizado. Beatriz Ontaneda – Rose Marie Paz)

Los hippies eran “burriquetes” compulsivos. Fumaban marihuana “mona” que según el testimonio de músicos salseros de El Bronx, barrio de la ciudad de Nueva York, que llegaron al Festival de Música del Caribe, en Cartagena, la siembra tenía como lugar privilegiado la Sierra Nevada de Santa Martha. Uno de los lemas del movimiento hippie que más impacto social tuvo fue su contundente rechazo a la Guerra de Vietnam: “Haz el amor, no la guerra”.

Es cierto lo que manifiesta el Presidente Petro en algunas de sus alocuciones. No se conoce que por causa de la marihuana haya muerto algún consumidor. Ni que algún marihuanero haya matado bajo los efectos del “humo divino”. Quienes la han fumado experimentan una euforia placentera y una sensación de relajación. Otros efectos comunes, que pueden variar ampliamente de persona a persona, incluyen una mayor percepción sensorial (por ejemplo, colores más brillantes), alteración de la percepción del tiempo y aumento del apetito o sencillamente les cae la “risueña”, la “risaralda”.

Seguramente los apóstoles escribieron sus cartas a los Gálatas, a los Hebreos, a los Corintios, etc., embriagados de emoción pura al propalar el Evangelio. Y seguramente los Papas tenían una “pea” de padre y señor nuestro cuando impulsaron las Cruzadas. Una serie de guerras religiosas que tenían como objetivo declarado recuperar para la Cristiandad la región de Oriente Próximo conocida como Tierra Santa, la cual se encontraba bajo el dominio del islam desde el siglo VII, o estaban ebrios cuando escribieron las bulas papales que autorizaban la colonización a sangre y fuego de las tierras de América en nombre de Dios.

Lo más seguro es que se hubieren mamado sus “guarapazos” para bendecir
las armas conque iban a matar a los niños del Vietnam. Lo más probable es que tuviesen alienados por el “cococho” de vino cuando autorizaron la Santa Inquisición que persiguió y mató a millares de herejes.

El vocablo “herejía” proviene de la raíz griega hairesis que significa: opción. El historiador judío Flavio Josefo utilizaba el término “herejía” para designar a los distintos grupos religiosos de su época: saduceos, fariseos, esenios y zelotas.

Era como decir “partidos”. Nada más. Sin embargo, algunos cristianos empezaron a condenar a quienes profesaban opiniones religiosas diferentes de las suyas. Es el caso de Pablo De Tarso que incluye la herejía en una lista de pecados de la carne (Galatas). También el autor de la segunda Carta de Pedro utiliza la palabra “herejía” con un enfoque malsano. Así, hairesis empieza a significar una elección equivocada, un desvío de la verdadera fe. El obispo Atanasio de Alejandría ( D.C.), inspirado en Ireneo de Lyon ( D.C.), ensambló el primer canon del Nuevo Testamento como lo conocemos hoy en día. Pero, ¿quién monopoliza la “verdadera fe”? ¿Quién posee en exclusiva el password de la mente de Dios? Borrachera colectiva. Claro, para la época no existía Alcohólicos Anónimos.

Al Capone fue aprehendido por su contador quien revelo detalles del negocio. Nunca le habían probado el tráfico ilegal de whisky. Pero después el gobierno de EE.UU. legalizó la ingesta de whisky. Lo mismo ocurrió con la marihuana. Antes ilegal, en tiempos del hippismo, ahora legalizado su consumo.

Por eso Carlos Marx define a la religión como opio del pueblo. Peor que el vino, la marihuana y el alcohol, es aquello que como dogma anula la conciencia, “alucina” como el opio. Unas son las religiones que uniforman bajo un único credo, bajo una sola verdad revelada por Dios a quienes a quienes fungen como depositarios elegidos. Otras son las creencias. Las creencias en dioses son vínculos originarios y originales del hombre antes que cualquier religión. Las creencias tienen profundas raíces culturales. La religión, un invento. Un negocio.

Eso explica por qué muchos pueblos originarios de India y América fueron politeístas y panteístas. Creían en varios dioses con diversas formas. Eran totémicos. India es la cuna de las religiones. Grecia de las filosofías. Siendo politeístas y panteístas adoraron hasta el falo (pene) y la vulva (chucha, o cuca). El falo dentro del clasicismo grecolatino está asociado con el culto a Dionisos, dios de la fertilidad. En ocasiones se invocaba a un dios, Fales,
personificación del falo. Durante las fiestas romanas de Liberalia, comparables a las Dionisias griegas, el falo se llevaba, de igual manera, en procesión.

La vulva femenina (la chucha) como símbolo, ha sido adorada desde la prehistoria como la puerta de entrada y de salida del útero-mundo. En India adoran formaciones rocosas, cuevas o dólmenes con forma de yoni (vocablo sánscrito simbolizado con la flor de loto que usan para denominar a la vulva).

Marx no era ateo. “El marxismo y otras formas del socialismo son herederas del mesianismo profético y del sectarismo cristiano quiliástico (…) Es la síntesis de la idea profético- cristiana de la sociedad como el plano de la realización espiritual y de la idea de la libertad individual. Por esta razón, se opone a la Iglesia por su restricción al espíritu y al liberalismo por su separación de la sociedad y los valores morales. Se opone al stalinismo y al jruschovismo, por su carácter autoritario y por su descuido de los valores humanistas.
El socialismo (en su forma marxista y en otras) volvió a la idea de la “sociedad buena” como condición para la realización de las necesidades espirituales del hombre”. ( Marx y su concepto del hombre. Erich Froom. Pagina 44).

Pero Marx es anatematizado por los jerarcas de la iglesia al afirmar que la religión (la católica, apostólica y romana) era el opio del pueblo daba un duro golpe a un gran negocio: la religión.