Fedesarrollo establece los costos para Colombia de frenar la exploración de gas y la explotación del carbón por transición energética

En un estudio efectuado por Benavides, Cabrales y Delgado, financiado por Promigas y divulgado por Fedesarrollo, se argumenta la importancia del gas natural y cuantifican los costos de desmontar el gas natural y el carbón de la generación eléctrica en Colombia entre 2023 y 2035.

En el documento se presentan cifras de orden de magnitud sobre densidad energética y los altos costos de la electricidad producida con fuentes no convencionales y baterías, para reforzar la necesidad de una transición a una velocidad que no lesione la economía del país; y se amplía el universo de cálculo de costos directos asociados a las restricciones en oferta de gas, incluyendo los principales sectores de consumo como el residencial, la generación térmica a gas y la industria (por fuera de coquería y refinación). La cuantificación utiliza la mejor información disponible en fuentes públicas.

El documento analiza los costos de dos escenarios más específicos de transición para el gas, así:

  • Escenario 1. Consiste en (i) frenar la nueva exploración; (ii) NO construir nueva infraestructura de importación; (iii) desmantelar y sustituir la generación eléctrica a gas natural por generación eólica con el mismo nivel de confiabilidad; (iv) impulsar la electrificación del consumo de gas natural en los sectores residencial e industrial.
  • Escenario 2. Consiste en (i) frenar la nueva exploración; (ii) ampliar la infraestructura de importación; (ii) mantener la capacidad de generación eléctrica a gas; (iii) mantener el consumo de gas natural en la industria y en los hogares. En los casos (ii) y (iii), la reducción de consumo doméstico se realiza con proporciones crecientes de gas importado.

Costos del Escenario 1

  • El valor presente neto del costo de cambiar la cocción con estufas a gas a estufas de inducción eléctrica en todos los hogares es de COP$ 18.27 billones.

El canje de subsidios de gas por subsidios a la electricidad en los estratos más bajos exige adicionar COP$ 0.74 billones por año.

  • El valor presente neto del costo de reemplazar la generación eléctrica a gas natural por generación eólica con confiabilidad equivalente tiene un costo de COP$ 85.35 billones.
  • El valor presente neto del costo de reemplazar el gas natural por electricidad en calderas en los sectores de productos alimenticios, elaboración de bebidas, textiles, marroquinería, maderas y papel tiene un costo de COP$ 10.57 billones.

Costos del Escenario 2

  • El valor presente del costo de importar crecientemente para compensar el freno a la exploración del gas es de COP$ 3.14 billones.
  • La diferencia en los valores presentes de los costos de transporte del gas al 2030, entre el escenario con y sin exploración, es de aproximadamente COP$ 2.00 billones.
  • Sin la incorporación de nuevas reservas de gas, el incremento en el valor presente del costo para suministrar gas a Colombia hasta el 2030 mediante importaciones crecientes equivale a COP$ 5.14 billones.
  • Para finales de la década, la tarifa del servicio de gas natural (molécula) experimentará un aumento adicional del 28.71% en el costo del gas y del 50.95% en el transporte, en comparación con el escenario en el que se cuenten con nuevas reservas.

Esto podría implicar un incremento adicional de más del 25% en la tarifa final.

Reducción de las emisiones anuales de CO2 en el Escenario 1

  • Al cambiar la cocción a gas por cocción con estufas de inducción eléctrica de 10.4 millones de hogares se obtendría una reducción anual de 2.5 millones de toneladas de CO2eq, lo que equivale a 0.83% del total nacional (PNUD, 2022).
  • Al remplazar la generación eléctrica a gas por generación eólica se produciría una reducción anual de 2.3 millones de toneladas de CO2eq, lo que equivale a 0.76% del total nacional (PNUD, 2022).
  • Al cambiar las calderas a gas por calderas eléctricas en los sectores de productos alimenticios, elaboración de bebidas, textiles, marroquinería, maderas y papel se produciría una reducción anual de 0.8 millones de toneladas de CO2eq, lo que equivale a 0.27% del total nacional (PNUD, 2022).

Los mensajes centrales de este artículo son los siguientes:

  • No existe una fuente energética que domine sobre los demás en costos, continuidad del servicio, emisiones y densidad volumétrica y de área. El gas natural provee energía firme en generación eléctrica, energía densa para la industria y el consumo residencial con menores costos que los combustibles líquidos, y emite menores emisiones de gases de efecto invernadero por unidad energética consumida.
  • La crisis de energía en Europa Occidental, que ha sucedido a raíz de los cortes del gas natural por parte de Rusia, muestra la precariedad a la que conduce la pretensión de electrificar toda la oferta energética con fuentes no convencionales de energía renovable y de electrificar todo el consumo final en plazos cortos. Los países comienzan a entender que deben construir portafolios de oferta energética que balanceen la seguridad, la diversificación y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Los costos de cualquiera de los dos escenarios se superponen a las tendencias inflacionarias persistentes en energía que se observan a nivel internacional.

En el escenario 1, el cambio de la cocción a gas en 10.4 millones de hogares por estufas de inducción eléctrica, el reemplazo de la generación eléctrica a gas por eólica y reemplazo de las calderas a gas por calderas eléctricas en algunos sectores productivos, reduciría anualmente 5.6 millones de toneladas de CO2eq. Esto representaría el 3.2% del compromiso del gobierno para la reducción de emisiones de gases de efecto Invernadero (GEI) en el año 2030, con un costo de COP$ 114.19 billones. A su vez, el escenario 2 muestra la importancia de no descuidar la producción doméstica de gas natural.

  • El esfuerzo financiero descomunal con tan bajo impacto sobre el compromiso del gobierno no es financiable por la economía colombiana. En ambos escenarios se comprueba que el gas natural debe adquirir mayor peso en el portafolio de oferta en un entorno internacional donde la seguridad energética retoma visibilidad, y ante las amenazas de desabastecimiento en generación eléctrica ante choques climáticos como el Fenómeno de El Niño.