Verdades y falsedades sobre los inicios de Barranquilla (II)

Aciertos y desaciertos en la conjetura de Domingo Malabet

Por Armando Luis Arrieta Barbosa

Hacia la segunda mitad del siglo XIX, el pensador Domingo Malabet recopiló algunos relatos de la historia oral de Galapa que hablaban de la fundación de Barranquilla por ganaderos procedentes de aquel pueblo. Pero, estos relatos que tenían sustento real en dos reordenamientos espaciales realizados por Juan de Villabona y Sebastián de Eslava en 1610 y 1744, respectivamente, al llegar a oídos de aquel pensador, habían sufrido muchas alteraciones al pasar por varias generaciones.

Luego, Domingo Malabet tomó parcialmente, estos relatos, le agregó nuevas informaciones y construyó su propia versión de los hechos. Más tarde, esta nueva versión fue conocida gracias a José Ramón Vergara y Fernando Baena, quienes la incluyeron en su libro Barranquilla: Su Pasado y Su Presente, publicado en 1922. Posteriormente, en 1946, fue divulgada la segunda edición de esta obra entre las páginas 6 y 9 y de uno de sus ejemplares, hemos extractado los párrafos siguientes. 

Según la versión original de Malabet, hacia los “años de 1620” hubo un fuerte verano que obligó a “los pobladores del vecino pueblo de Galapa que se ocupaban con éxito en la agricultura y en la cría de toda clase de ganados” a pastar sus animales en el río. Pero llegó un momento en que el verano arreció y por ello, el ganado salió instintivamente de los montes de Galapa, tomó “rumbo hacia el norte, trasmontó la Sierra y descendió hasta el lugar llamado entonces Sabanitas de Camacho”.

Luego, sigue Malabet diciendo en su relato que los ganaderos dueños de estos animales siguieron a su ganado hasta el río, donde muchos de ellos se quedaron a vivir, resultado así el “lugar llamado Camacho”. Con el tiempo este caserío creció en población y surgió así, “el conato de fundación de un pueblo de carácter duradero”. Pero, las repetidas arremetidas de los piratas que habían saqueado a Cartagena y la cercanía de Camacho al mar Caribe, “motivaron el abandono de tal idea”.

Más adelante, plantea Malabet que, al aumentar Camacho su población, algunos de los ganaderos se mudaron a la Playa, y parte de los agricultores “subieron la margen occidental del río” y formaron los caseríos de Siape, la Concepción y Veranillo. Luego, algunos de ellos, ocuparon la ribera del caño de Veranillo y, finalmente, poblaron también, las barrancas de poca altura que había a orillas de una espaciosa ciénaga, surgiendo así el llamado “Sitio de las Barrancas de San Nicolás”.

Para comenzar diremos que, cuando Malabet afirma que los “pobladores del vecino pueblo de Galapa” se trasladaron con su ganado hasta la ribera del río, debe entenderse se refiere a los hacendados españoles que habían colonizado los alrededores de este pueblo. No, por supuesto, a los indígenas que habitaban el pueblo de Galapa, porque tanto él como nosotros sabemos, estos solo se dedicaban a cultivar maíz y yuca para ellos y su encomendero, don Nicolás de Barros.

En consecuencia, al utilizar el término “pobladores”, Malabet hace uso adecuado de las palabras, si se tiene en cuenta que, en una de las acepciones del diccionario de la Real Academia Española, “poblador” es sinónimo de colonizador o “fundador de una colonia”. En consecuencia, esto acerca su propuesta a la realidad, porque en 1610 el visitador Juan de Villabona trasladó hacia el río a los hacendados españoles que ocupaban las tierras entregadas en resguardo a los indígenas de Galapa en 1611.

Igualmente, Domingo Malabet se acerca a la realidad cuando manifiesta en su narración que los hacendados ubicados en los alrededores de Galapa se “ocupaban con buen éxito en la agricultura y en la cría de toda clase de ganados”. Esto, si se toma en consideración que los estancieros y ganaderos españoles que trabajaban estas tierras se dedicaban al cultivo de maíz, frijol y otros productos agrícolas, lo mismo que a criar cerdos y vacunos para vender en Cartagena y Santa Marta.

También, este pensador se aproxima a los hechos reales cuando afirma que al secarse los pastos y las fuentes agua, los hacendados de Galapa se vieron precisados a trasladar su ganado “a la ribera del Magdalena en la estación veraniega”. Lo cual tiene algún fundamento si se tiene en cuenta que, la rutina de traer el ganado todos los años al caño de Veranillo, la realizaban todos los ganaderos alejados del río durante los periodos de sequía en que faltaba el agua y los pastos en sus haciendas.

No obstante, Malabet se aleja de la realidad al tratar de explicar la reubicación en la ribera del río de los hacendados españoles de Galapa, como consecuencia de un fuerte verano, cuando en realidad se debió a un proceso de reorganización espacial. Lo que nos lleva a pensar que este estudioso del siglo XIX, desconocía los documentos que hablan del proceso de reordenamiento territorial y poblacional realizado por Juan de Villabona entre 1610 y 1611 y, por ello, se desfasó en el tiempo en cerca de dos decenios.

Igualmente, Malabet muestra un desacierto al utilizar el supuesto cambio climático de los años de 1620, para intentar explicar el inicio de la costumbre de traer el ganado a pastar a las “Sabanitas de Camacho”. Lo cual nos hace suponer que él ignoraba que esta rutina se practicaba desde el siglo XVI y en toda la región Caribe, tal y como lo muestran algunos documentos citados en el comentario anterior y lo confirma un estudio realizado por Marta Herrera Ángel en el año 2002.

También, se observa un desatino de este pensador cuando supone que antes de los años veinte del siglo XVII, los terrenos de Galapa “estaban cubiertos de pastos naturales y tenían abundancia de aguas”. Lo que no era cierto, porque un documento de 1579 publicado por Hermes Tovar (s.f.e., p. 291), nos pone de presente que los meses de junio, julio, agosto, diciembre, enero, febrero y marzo, eran de sequía en la región Caribe. En consecuencia, la vegetación y fuentes de agua se secaban y el ambiente se tornaba desolado.

Otro aparte de la propuesta de Malabet que se aleja de la realidad es cuando afirma que, con la llegada de los ganaderos de Galapa a la ribera del río, se dio inicio “al lugar llamado Camacho”. Lo cual nos hace sospechar que, al momento de escribir su propuesta, este pensador desconocía que durante el siglo XVI había existido un pueblo indígena con ese mismo nombre, del cual derivaba realmente la denominación del caserío de blancos y mestizos surgido a principios del siglo XVII.

Asimismo, al parecer ignoraba también, que este pueblo indígena se ubicaba en el sector del barrio Abajo de Barranquilla. Por ello, pensó que el caserío de Camacho surgido en el siglo XIX, era el mismo sitio de libres que se había formado en la primera mitad del siglo XVII, ubicando este último en cercanías de La Playa. Esto, a su vez, ocasionó que su versión de los hechos entrara en conflicto con el relato recogido de la historia oral de Galapa, respecto a la ruta seguida por el ganado.

Este conflicto se puede apreciar en la parte del relato que dice que, al salir el ganado de los montes de Galapa, “tomó rumbo hacia el norte, trasmontó la Sierra y descendió hasta el lugar llamado entonces las Sabanitas de Camacho”. De lo que se puede entender que estos animales siguieron por el viejo camino de Galapa (actual carretera de la Cordialidad), traspasaron la “Sierra” (hoy la Sierrita) y bajaron luego hasta las “Sabanitas de Camacho” (caño de Veranillo), donde pastaba el ganado en los periodos de sequía.

Ahora bien, si esta interpretación es correcta, la descripción dada en el relato sería congruente con la ruta seguida por el ganado que llegaba al caño de Veranillo por el camino de Galapa. Pero, no así, con la utilizada para llegar de Galapa a Camacho que, según Malabet se ubicaba cerca de la Playa. Lo anterior, porque para trasladarse desde Galapa a este punto en aquella época, se seguía el camino de Juan Mina y el curso del arroyo Grande, lo que no implicaba ascender ni bajar ninguna sierra.

Por otra parte, al referirse Domingo Malabet a los “años de 1620”, solo quiere mostrar el periodo durante el cual se presentó el fuerte verano que obligó a los ganaderos y estancieros de Galapa a trasladarse al río y dar inicio así, al caserío de Camacho. Pero, en ningún momento este pensador afirma en esta parte de su relato ni en el resto del mismo, que en alguno de los años de 1620 se haya fundado la ciudad de Barranquilla. Más bien, se limita a decir que hubo un intento fallido de fundación.

Esto, se puede apreciar cuando al referirse Malabet al crecimiento de la población de Camacho, dice que “surgió el conato de la fundación de un pueblo de carácter duradero”, pero, luego agrega que esta idea fue desechada debido al asedio permanente de los piratas. Lo que nos hace suponer que este pensador era consciente de que la ciudad de Barranquilla no apareció hacia los años de 1620 ni con la formación del caserío de Camacho que, según él, estaba ubicado en el sector del mar Caribe.

Además, Malabet tenía claro que el caserío de Camacho que él conoció en la segunda mitad del siglo XIX y que, pensaba era el mismo surgido en el siglo XVII, no se había transformado en ciudad, porque se seguía manteniendo aislado de Barranquilla. Lo que explicaría la razón por la cual este pensador desechó la parte del relato recogido de la historia oral que hablaba de la fundación de Barranquilla por ganaderos del vecino pueblo de Galapa. Así, que solo se limitó a narrar la aparición del caserío de Camacho.

En consecuencia, para intentar aproximarse a los inicios de la ciudad de Barranquilla, Malabet describe más adelante, la manera como los pobladores de Camacho dieron origen, inicialmente, a los caseríos de la Playa, Siape, La Concepción y Veranillo. Luego, se refiere al poblamiento de la ribera del caño de Veranillo y, termina hablando del poblamiento de algunas barrancas que había a orillas de una desaparecida ciénaga, las que tomaron el nombre de “Sitio de las Barrancas de San Nicolás”.

Pese a que Malabet solo se refirió al proceso de poblamiento que dio inicio a Camacho, la Playa, Siape, la Concepción, Veranillo y las Barrancas de San Nicolás, hoy se le atribuye el haber planteado que Barranquilla fue fundada en 1629 por los indígenas ganaderos de Galapa. Por esta razón, para entender este asunto, en el próximo comentario nos dedicaremos a examinar las alteraciones que se han hecho a la versión original de don Domingo Malabet.

Armando Luis Arrieta Barbosa,

Historiador, Magister en Historia, Doctor en Educación.

WhatsApp: 301 781 7267. Correo electrónico: [email protected]

Referencias bibliográficas

Herrera Ángel, Marta. (2002). Ordenar para Controlar. Bogotá: Academia Colombiana de la Historia, Instituto Colombiano de Antropología e Historia.

Real Academia Española. (2002). Diccionario de la Lengua Española, T. II. Madrid: Editorial Espasa Calpe

Tovar Pinzón, Hermes. (s. f. e.). Relaciones y Visitas a los Andes Siglo XVI, T. II Región Caribe. Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica.

Vergara, José Ramón y Baena, Fernando. (1922). Barranquilla: Su Pasado y Su Presente. Barranquilla: Alirio Bernal Editor (1946).