Decadencia de medios tradicionales y desprestigio de los periodistas

Por Ulises Redondo Cienfuegos

Con la multitudinaria movilización de ciudadanos en la mayoría de municipios de Colombia en respaldo a las reformas del gobierno Petro quedaron evidenciados dos asuntos:

  1. QUE LOS GRANDES MEDIOS DE COMUNICACIÓN HAN PERDIDO SU CREDIBILIDAD Y POR TANTO SU INFLUENCIA EN LA OPINIÓN PÚBLICA. DE AQUÍ SE DESPRENDEN TRES ÍTEMS:

a) Los leen, los ven y los escuchan, pero no les creen.

b) Muy pocos los leen, muy pocos los escuchan, muy pocos los ven, muy pocos les creen.

c) El periodismo independiente, investigativo y serio a través de las redes sociales está atrayendo la atención masiva de la teleaudiencia hacia el video audiencia digital y de la radio tradicional noticiosa a la audiencia digital o podcast. Los formatos de opinión como el editorial y el artículo que reinaron en la prensa tradicional, van siendo desplazados por artículos y blogs.
Sobresalen periodistas y medios digitales independientes caracterizados por la seriedad de sus investigaciones como Canal 1, Revista Cambio (Daniel Coronell), La Nueva Prensa (Gonzalo Guillén), Contrapoder (Julián Martínez), Las Dos Orillas, entre otros.

Van quedando obsoletos los medios tradicionales de comunicación y también el periodismo dependiente de los poderes económico y político. El periodismo políticamente militante y económicamente dependiente de la pauta publicitaria, de las nóminas secretas de instituciones públicas y privadas. Económicamente dependientes del chantaje sobre representantes de instituciones públicas y privadas que son presionados y amenazados sutilmente con la potencial publicación de denuncias desde el medio de comunicación sobre irregularidades, corrupción y hasta revelación de secretos de la vida intima de los chantajeados, etc., que puedan perjudicarlos. Vulgar chantaje “periodístico “a cambio de pautas o dinero. El palangrismo es también una especie de chantaje. Este tipo de “periodistas” son mercenarios, asesinos de la verdad y en consecuencia, asesinos de la democracia.

  1. LAS ENCUESTADORAS ESTÁN MINTIENDO O LOS CIUDADANOS ENCUESTADOS SON DE LA OPOSICIÓN.

Sabemos que las empresas encuestadoras pertenecen al gran poder económico, una minoría de clanes familiares, que por lo general son dueños de casi todo. Ellas no van a revelar datos estadísticos que afecten sus intereses económicos y políticos, que resquebrajen sus poderes. Es a la inversa, sus datos son armas para destruir al adversario. Su numerología son la antítesis a la popularidad de Petro confirmada en las calles. “Las encuestas están en las calles” gritaban los marchantes. En realidad las mediciones estadísticas se basan en sondeos de opinión parciales o pequeñas muestras tomadas del universo total que representa a toda la población de ciudadanos con capacidad para emitir una opinión.

Antes de las marchas del 7 de junio, el resultado de la encuesta de Invamer S.A. sobre la medición de popularidad del presidente Petro fue del 33,8% de aceptación de su gestión. La recolección de datos para éste sondeo de opinión se hizo sobre la base de 1.200 personas “consultadas” y fue financiado por Noticias Caracol, Blu Radio y El Espectador. Nunca se podrá saber con certeza si los ciudadanos abordados para que respondan al formulario de preguntas son reales e imparciales y tienen el suficiente conocimiento en torno la gestión del Jefe de Estado. Cae como anillo al dedo la frase del poeta estadounidense John Godfrey Saxe, “las leyes, como las salchichas, dejan de inspirar respeto a medida que sabes cómo están hechas”.

El 2 de febrero de 2023, el presidente de la República trinó: “Por ejemplo, podemos criticar que se haga una encuesta con la empresa cuyos propietarios son la familia del fundador de las EPS y la intermediación privada de la salud” (…) El presidente pareciera estar atribuyendo el origen de las EPS al economista Juan Luis Londoño (falleció el 6 de febrero de 2023) quien fue ministro de Salud en la presidencia de César Gaviria, además, en 2002 fue nombrado por el gobierno del Presidente Álvaro Uribe, como Ministerio de Protección Social, que combinó los ministerios de salud y trabajo. El gerente de Invamer es Marín Orozco, pero las dueñas de la firma son las primas de Jorge Luís Londoño de la Cuesta.

No sé los grandes medios de comunicación sigan siendo un gran negocio para sus dueños Negocio que se sostiene básicamente de la pauta publicitaria. No sé si seguirá siendo un buen negocio para los empresarios que promocionan las bondades de sus productos a través de la pauta publicitaria. No sé si las empresas encuestadoras sigan llenándose las alforjas de plata. Me asalta la incertidumbre, y prefiero preguntar: ¿Existen en Colombia empresarios filántropos que estén dispuestos a hacer negocios para perder dinero?, o ¿ las noticias no les están llegando a tiempo advertirtiendoles que estos negocios están para bajar las persianas porque se finite?