En total desamparo y en condición de calle: Adulto mayor sobreviviente de la masacre de “UniTranca” en 1992

Esta es la historia de Jesús Surid Rojas Hernández de 82 años, sobreviviente de la mal recordada UniTranca

Unos jóvenes generadores de contenido para redes sociales en la ciudad de Barranquilla, se dieron a la tarea de encontrar en el barrio Santa María al suroccidente de la ciudad, a uno de los sobrevivientes de la entonces denominada “UniTranca”, donde un oscuro suceso se gestaba al interior del alma máter que para aquel entonces se ubicaba en la carrera 46 con calle 48.

Sacando provecho al sonoro ruido de tamboras y flauta de millo, escuchados en medio de las comparsas que a pocas cuadras desfilaban con motivo de la Batalla de Flores en aquellos carnavales, se mezclaban sin darse cuenta los salvajes golpes propinados a sus victimas al interior de la universidad.

Aquel sábado de carnaval sangriento, donde a cambio de maizena, pea pea o marimondas, iban y venían los trancazos que despiadados vigilantes a base de engaños daban a cuanto reciclador veían, invitándolos a ingresar a la universidad con la promesa de regalarles cartones, papeles y otros materiales reciclables.

Pues bien, pasado más de 30 años de aquella masacre, Jesús Surid Rojas Hernández de 82 años, contó que él es uno de los sobrevivientes de esa macabra noche de terror a manos de verdugos uniformados de seguridad de la recordada “Unitranca”.

Hoy, para colmo de males y sobreviviendo no solo a las trancas sino a la violencia que se vive en las calles de la ciudad, donde él hace algún tiempo fue herido de dos puñaladas en la espalda por delincuentes que le robaron además de sus herramientas su salud para trabajar.

Lo que para muchos eran simples herramientas, para él era su todo, con ellas conseguía el trabajo, su sustento diario y manutensión, sin embargo, cada cuchillada recibida acabó con uno de sus pulmones, dejándolo prácticamente impedido para trabajar por la escasez de aire que un solo pulmón no alcanza a suministrarle a su pequeño cuerpo consumido por más de ocho décadas de duras experiencias.

Desde hace aproximadamente seis meses, cuentan los vecinos de la calle 88 con carrera 8 Sur del barrio Santa María, que Jesús Surid fue sacado de la casa de su hermano y desde entonces pasa días enteros en las terrazas del sector, bajo el inclemente sol, la luna y el rocío de la noche.

Las fibras que tocan los corazones de las vecinos, los lleva a garantizarle sus alimentos, mientras que otros le compran inhaladores para que pueda respirar mejor.

Gracias a estos jóvenes creadores de contenido, lo encontraron, escucharon en medio de su gran esfuerzo y de manera muy breve les relató la inolvidable y difícil historia, donde no se sabe que impacta más, si el paso por las manos de unos desalmados vigilantes armados de tranca, o las de una familia que lo echó a la calle y olvidó a un anciano curtido por la indiferencia.

Tal como lo agradeció el señor Jesús en medio de lágrimas, nunca sus familiares lo habían bañado, ni ayudado a vestir o cortado el cabello, para luego llevarlo al Hospital General de Barranquilla para su evaluación médica, cosa que agradeció sin dejar de brotar los cristales líquidos de sus ojos en agradecimiento a un cambio que lograron estos héroes “Jjkosner”, quienes captaron la atención de Pasa la Voz para compartirles una cruda y real historia de no repetir.

El llamado a la Alcaldía de Barranquilla y su dependencia de atención Integral al Adulto Mayor para que se le brinde la ayuda que necesita en medio de sus difíciles condiciones.

Crédito video: Jjkosner