Cleptomanía en la política

Por Ulises Redondo Cienfuegos

Se convirtió en costumbre inveterada de muchos ciudadanos lanzarse a cargos de elección popular: gobernaciones y alcaldías, como si estuvieran apostando a ganar el “premio mayor” del Baloto y los “premios gordos” de la lotería de la Cruz Roja. Entre tanto, los “premios secos” de mayor a menor cuantía se los disputan concejales, diputados y ediles. Por supuesto, hay excepciones. Hay gente buena que se pierde en el camino y, otros muy poquitos, en vía de extinción, que se mantienen incólumes. Siempre habrá una lucecita de esperanza. Dicen algunos que todos somos culpables; que solo hay unos menos inocentes que otros, que nadie es santo y es cierto, pero en nombre de la no santidad no se pueden justificar crímenes o delitos de cualquier índole. ¡Hay que esforzarse por alcanzar la santidad! Tal vez no logremos la meta pero nos alcanzará para ser justos.

Y cuando ganan celebran con whisky fino y cervezas. En medio de la algarabía se frotan las manos. Los seguidores, aduladores por excelencia, abrazan a los ganadores. Los lisonjeros también se dan entre si palmaditas en la espalda. Cantan vítores y vivas. ¡Coronamos!, expresan los candidatos ganadores y sus séquitos. Parece que en realidad se ganaron los premios gordos sin comprar los billetes de lotería.

En la carrera por ganar mediante elección popular los empleos públicos de mayor importancia en los entes territoriales poco importan los méritos profesionales y las calidades éticas. No es el empleo público lo que les importa aun cuando éste sea requisito sine qua non , sino el acceso al erario. El empleo público tiene como contraprestación el servicio público gratuito ofertado a los ciudadanos que pagan esos salarios a través de impuestos y contribuciones. La obligación o deber de los servidores públicos es servirle a los ciudadanos y no servirse del poder que es entregado como depósito de confianza por parte de los ciudadanos cuando eligen a sus gobernantes.

Para abrir la puerta de acceso al tesoro público, la clave ya no es: ¡Ábrete sésamo! Basta que los alcaldes y gobernadores se froten las manos delante de la puerta para que esta se abra automáticamente.

Hay cleptómanos de todas las profesiones: abogados, economistas, neurólogos, arquitectos, ingenieros y hasta sacerdotes. Tienen unas manotas hábiles y fuertes capaces de abrir una caja fuerte sin utilizar una sola herramienta. He visto a algunos quitar con asombrosa facilidad las tuercas que aseguran las llantas de sus automóviles sin utilizar la cruceta. Soy testigo de la cleptomanía de un amigo que fue alcalde en un municipio de Bolívar. Fue tratado con miles de terapias cuando era un adolescente, pero el psicólogo aburrido al ver que era irremediable su mala conducta, le dijo: “Amigo cuando tengas la oportunidad consígueme un Smartphone”…¡En vos confío!

Y se inventan unos slogan de campaña que son un insulto a la inteligencia: “Por la reconstrucción de Barranquilla”. ¡No señores, no cayó una bomba atómica en la ciudad! Después si vino el “estallido nuclear” del presupuesto de este “sitio de libres” donde residen los bulliciosos mudos. Edgar George, “Digno sucesor”, pero rompió con Hoyos Montoya y creo su propia tolda política: “Alternativa democrática”, ni alternativa ni democrática. Guillermo Hoenisgberg, “Más soluciones”. ¡Hombe! Fue el alcalde que tuvo más líos con la justicia Humberto Caiaffa, “Para vivir mejor”. Sí para vivir mejor él y su hermano Vicente. Alejandro Char, “Barranquilla capital de vida”, pero los fines de semana la crónica roja relataba la ola de inseguridad y tasa de homicidios creciendo; “Barranquilla florece”, pero solo se encontraban flores en el cementerio. “Barranquilla imparable”, es mejor decir: ¡impagable! Ventura Díaz (gobernación): “El querer y la esperanza de un pueblo”, pero el pueblo se quedó esperando la esperanza.

Nada de nada. Por crisis financiera Barranquilla tuvo que acogerse a la Ley 550. Y al igual que hoy la ciudad está quebrada. El presupuesto de vigencias futuras está comprometido hasta el año 2035. Quiero oficiar, por un momento, como abogado del Diablo, para defender a los ex alcaldes y ex gobernadores. Pienso que ellos no fueron los culpables sino sus publicistas por querer solucionar a punta de lemas y slogans los problemas de la ciudad y el Departamento. Así pues que “muerto el perro se acabó la rabia”.

De paso quiero asesorar gratuitamente en proyección de imagen a los futuros candidatos, proponiéndoles los siguientes slogans de campaña: “Haremos lo que se pueda”; “No me robaré ni un peso”, porque es sospechoso decir: “No me robaré un peso” (puede ser interpretado como: me robaré más de uno); o algo atrevido como: “Hasta que el dinero nos separe” o, “sin presupuesto no hay paraíso”.

CLEPTOPOLÍTICOMANÍA

Edgard George entregó en condiciones onerosas el servicio de alumbrado público a entidades privadas. En su momento, La Fiscalía Cuarta de la Subunidad de delitos contra la Administración Pública abrió investigación formal contra el ex alcalde de Barranquilla, Edgard George González; el ex secretario del Área Metropolitana de su administración, Ramsés Vargas Lamadrid y la esposa del primero, Hortensia Mieles de George. La decisión se fundamentó en la denuncia del senador Armando Blanco Dugand, quien sostuvo que habían incurrido en delito, probablemente de enriquecimiento ilícito. Blanco dijo ante la Fiscalía que el entonces Alcalde, su esposa y Vargas Lamadrid adquirieron mansiones en Miami, lo cual representa un incremento patrimonial no justificado derivados del presupuesto de la ciudad.

Humberto Caiaffa ganó la alcaldía con el apoyo de la coalición Gran Alianza integrado por Fuad Char, Jaime Vargas, Roberto Gerlein, Gabriel Acosta Bendek, Efraín Cepeda, los representantes a la cámara Tarquino Pacheco, Inés Gómez de Vargas, Janeth Suarez y el MOIR, a la que se sumó la Alternativa Democrática, que lideraba Edgard George. Caiaffa fue un alcalde de gris administración en problemas álgidos de la ciudad, sobre todo el saneamiento fiscal que no pudo resolver.

La segunda administración Hoyos toma decisiones que hacen colapsar las finanzas de la ciudad, cuyo diagnóstico de gravedad creciente ya se conocía como resultado del Informe Montenegro. Ante la crisis, el Distrito tuvo que acogerse a la Ley 550.

ASALTO A LA TRIPLE A
De igual manera, creen que en la operación de la sociedad de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Barranquilla (Triple A) hubo un manejo no muy claro de los recursos públicos, entre ellos, la forma vergonzosa como el Distrito de Barranquilla pasó de tener el 85 por ciento de la propiedad en 1996 a 14,5 por ciento en 2007, mientras Inassa aumentó de 14 al 82 por ciento, sin que los españoles hubieran puesto un peso, a través de complejas operaciones financieras.

Recordemos que el procurador Carrillo investigó a los exalcaldes Édgar George González (1995-1997), Bernardo Hoyos Montoya (1998-2000), Humberto Caiaffa Rivas (2001- 2003) y Guillermo Hoennigsberg (2004-2007) porque durante sus gobiernos se redujo la participación accionaria del Distrito.

UNA FRESA EN EL PASTEL

Colombia es el tercer país más corrupto del mundo. Casi casi no dan la medalla de oro de no ser por el codicioso de Duque que se quedó con gran parte del dinero aportado por los cleptómanos políticos a quienes se abona el esfuerzo generoso y denodado que hicieron para conseguir el campeonato mundial.