Especialistas critican y previene sobre falso truco para adelgazar de Rosalía, no es real y trae consecuencias

Envolver el cuerpo en film para sudar y perder peso rápido.

Este es el método que ha usado Rosalía para lucir su cuerpo enfundada en un traje ‘segunda piel’ de Givenchy alta costura en la gala MET. Se desconoce si siguió alguna dieta previa, pero sí quiso hacer público que se sometió a un polémico y viejo truco de adelgazamiento. La idea no es suya, se la ha copiado a Kim Kardashian, que se lleva la palma en esto de hacer todo tipo de barbaridades para lucir palmito.

Y es que por mucho que presuman de ello (la cantante compartió en redes cómo se preparó para asistir a la gala), no es ningún logro, y no, no todo vale para perder peso, ¿de verdad merece la pena arriesgar la salud para enfundarse un vestido?

Esta técnica de adelgazamiento exprés está levantando ampollas entre médicos y nutricionistas. Se trata de un método que se ha vuelto muy popular, pero que los expertos desaconsejan puesto que no está demostrado que surta efecto.

En sus publicación la cantante aparece en la sauna con un traje negro de PVC efecto bolsa de basura que se supone que ayuda a eliminar de forma rápida, aunque no duradera, la retención de líquidos. En teoría, al sobrecalentar el cuerpo, se expulsa todo el líquido como método de defensa, y así se acelera el metabolismo para promover la quema de grasa.

Esa es la teoría, que se eliminan líquidos y toxinas a través del sudor, lo que hace que se perciba la falsa sensación de que se pierden centímetros y la piel queda más lisa. Pues bien, esto no es real, ni se eliminan kilos.

Por supuesto que rodear el cuerpo con cintas adhesivas de plástico y meterse en una sauna entre 75 y 100º te va a hacer sudar. Pero perder kilos y lo que se dice adelgazar, adelgazar… no sería la palabra adecuada.

Tras una sesión de sauna puedes llegar a pesar hasta medio kilo menos, pero esa ‘bajada’ de peso se debe a la pérdida de líquidos, no de grasa. La balanza volverá a su sitio en cuanto bebas, algo, que por cierto, hay que hacer antes, durante y después de la sauna.

“Es un error muy extendido, la sauna elimina toxinas, no grasas, lo que se elimina son otro tipo de sustancias de desechos. Sí que es verdad que tradicionalmente se usaba la sauna para adelgazar, pero el peso que se pierde es de agua, y cuando volvamos a hidratarnos como se debe hacer, lo vamos a recuperar”, confirma Cristina González Rodríguez especialista en fisioterapia de la Unidad de Rehabilitación del Hospital San Carlos.

Es un matiz importante. En la sauna se suda, sí, pero la sauna no adelgaza y no hay ninguna investigación científica que demuestre que la transpiración desintoxica el cuerpo. Sudar limpia las impurezas de la piel, pero las toxinas como el alcohol, el mercurio y el aluminio se eliminan en su mayoría a través de los riñones, el hígado y los intestinos.

Así lo explica doctora Dolores Saavedra, médico genetista y nutricionista: “Lo que se pierde son líquidos (básicamente agua) pero también electrolitos, sodio, potasio y magnesio. Es un método que no es natural. Estás exponiendo al cerebro a una temperatura muy alta que puede causar a la larga daños, y que no solo elimina toxinas, sino también sustancias necesarias para mantener la tensión arterial”.

Sudar en exceso de una manera tan rápida es perjudicial y puede provocar temblores y desmayos. “Es muy peligroso si se hace rutinariamente porque puede haber una alteración metabólica severa con afectación neurológica y cardiaca por desequilibrio hidro-electrolítico”, advierte Saavedra.

Si bien es cierto que someter al cuerpo a temperaturas tan altas se gastan calorías porque el cuerpo tiene que hacer mucho esfuerzo para mantener temperatura corporal y del cerebro en niveles normales. Y sí, en este sentido, “esto lograr quemar algo de grasa a esas temperaturas pero el precio que está pagando es muy alto porque el cerebro a temperatura tan alta se daña”, matiza la experta.

Hay que recordar que la sauna está contraindicada en caso de:

Problemas de corazón como infarto de miocardio.

Problemas venosos crónicos, insuficiencia venosa, síndrome postrombótico.

Varices en fase aguda.

Problemas de circulación cerebral, trombosis o tras haber sufrido infartos cerebrales.

Tensión arterial muy baja.

Hipertensión arterial de origen renal.

Enfermedades inflamatorias agudas internas como hepatitis y nefritis.

Glaucoma.

Hipertiroidismo.

Tumores.

Enfermedades infecciosas como hongos.

Tampoco se recomienda para aquellas personas que padecen asma, que estén embarazadas o que sean menores de 15 años

En cuanto al traje de PVC o sucedáneos, tampoco se recomienda ya que el plástico puede producir irritaciones e infecciones en la piel, al no dejar transpirar adecuadamente. Además, corremos el riesgo de sufrir una deshidratación severa. Es evidente que el cuerpo necesita de un proceso de liberación de calor, que si lo bloqueamos con un plástico va a elevar de manera rápida y en exceso la temperatura corporal.

Desajustes menstruales, dolor en el cuello, y de extremidades son otros efectos indeseados que pueden sufrir las personas que abusan de la sauna, según Fernando Cruz, urólogo del hospital Ramón y Cajal de Madrid.

En definitiva, a veces la gente hace cosas por lograr un resultado rápido y pone en riesgo su salud. Este tipo de sesiones sólo deben verse como una terapia relajante, ya que aunque meterse en la sauna para perder peso puede funcionar de forma ocasional, es engañoso. Sus efectos no son duraderos en el tiempo y el riesgo que se corre es alto.

Recuerda que la pérdida de peso es un proceso que necesita tiempo y que no entiende de milagros. La grasa se elimina con una alimentación equilibrada y la práctica constante de ejercicio. Lo de la sauna es una costumbre milenaria que aporta algunos beneficios a la salud, como la recuperación muscular y el incremento de las defensas en el sistema inmunológico, sin embargo no es un factor que te haga eliminar los kilos de más.