El Papa Francisco se une al llamado de ONU a la tregua en Ucrania; “Toda guerra es anacrónica en este mundo”

Un «alto el fuego» con motivo de la celebración de la Pascua según el calendario juliano, este domingo 24 de abril, fue la petición de la ONU acogida por Francisco y la Santa Sede.

Reiterando que «nada es imposible para Dios», invocan al Señor para que la población atrapada en las zonas de guerra sea evacuada y se restablezca pronto la paz, y piden a los responsables de las naciones que escuchen el clamor del pueblo por la paz”, indica un comunicado vaticano.

El pasado domingo, el Papa Francisco lanzó un nuevo llamado a la paz en diversas partes del mundo y en particular en la “martirizada Ucrania” en su importante mensaje Pascual de la Resurrección desde el balcón central de la fachada de la Basílica de San Pedro.

De otro lado, el Papa Francisco volvió a condenar la guerra no solo en Ucrania sino en otros países que la sufren, diciendo: “toda guerra es anacrónica en este mundo y a esta altura de la civilización”.

El pronunciamiento lo hizo en declaraciones al periódico argentino «La Nación».

“No puedo hacer nada que ponga en riesgo objetivos superiores, que son el fin de la guerra, una tregua o, al menos, un corredor humanitario. ¿De qué serviría que el Papa fuera a Kiev si la guerra continuara al día siguiente?”, fue una de las respuestas que dio el Papa Francisco en la entrevista.

“Que se elija la paz. Que se dejen de hacer demostraciones de fuerza mientras la gente sufre. Por favor, por favor, no nos acostumbremos a la guerra, comprometámonos todos a pedir la paz con voz potente, desde los balcones y en las calles, paz”, exclamó Francisco.

Además, aclaró que nunca nombra al Presidente Ruso ni a Rusia cuando habla de la guerra, porque “un Papa nunca nombra a un jefe de Estado ni mucho menos a un país, que es superior a su jefe de Estado”.

Asimismo, reiteró que la Santa Sede está siempre dispuesta a mediar en todo conflicto, “siempre hay gestiones. El Vaticano no descansa nunca. Los detalles no se los puedo contar porque dejarían de ser gestiones diplomáticas. Pero los intentos no cesarán nunca”.

Luego, el Santo Padre expresó: “llevo en el corazón a las numerosas víctimas ucranianas, a los millones de refugiados y desplazados internos, a las familias divididas, a los ancianos que se han quedado solos, a las vidas destrozadas y a las ciudades arrasadas. Tengo ante mis ojos la mirada de los niños que se quedaron huérfanos y huyen de la guerra”.

“Que los responsables de las naciones escuchen el grito de paz de la gente, que escuchen esa inquietante pregunta que se hicieron los científicos hace casi sesenta años: ‘¿Vamos a poner fin a la raza humana; o deberá renunciar la humanidad a la guerra?’”, indicó el Papa citando el “Manifiesto Russell- Einstein” del 9 julio 1955.

Sobre su visita a la Embajada de Rusia ante la Santa Sede, el Pontífice señaló que fue sólo, que “fue una responsabilidad personal. Fue una decisión que tomé en una noche de vigilia pensando en Ucrania. Está claro para quien quiere verlo bien que estaba señalando al gobierno que puede poner fin a la guerra en el próximo instante. Para serle sincero, quisiera hacer algo para que no haya una sola muerte más en Ucrania. Ni una más. Y estoy dispuesto a hacer todo”.

Asimismo, el Santo Padre explicó que ha realizado algunos gestos de solidaridad con la población ucraniana, “con sus muertos, con sus familias y con los que sufren la emigración”. Y sobre, la posibilidad de visitar Kiev, el Pontífice afirmó que, “no puedo hacer nada que ponga en riesgo objetivos superiores, que son el fin de la guerra, una tregua o, al menos, un corredor humanitario. ¿De qué serviría que el Papa fuera a Kiev si la guerra continuara al día siguiente?”.

La iniciativa de una tregua con ocasión de la celebración de la Pascua de los cristianos ortodoxos en Ucrania fue promovida por el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, de acuerdo con Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana, y fue lanzada el 19 de abril.

El Domingo de Ramos, el Papa Francisco pidió una tregua pascual para lograr la paz. El texto de hoy invoca la protección del Señor para que «la población atrapada en las zonas de guerra sea evacuada y se restablezca pronto la paz»; también pide «a los responsables de las naciones que escuchen el clamor de los pueblos por la paz».