Patrullera se confío en sus amigos y la violaron

Así narró los hechos patrullera de la Policía, esto no debe quedarse en silencio.

Desde muy pequeña mi sueño mas grande había sido ser Policía. Gracias a mis padres logre cumplir ese gran sueño, pero hoy, exactamente se cumplen ocho días de una total tragedia”, manifestó la Patrullera.

Nadie sabe lo que viví y sinceramente no deseo que alguien más lo viva, hoy decido hacerlo público, con la intención de que alguien pueda ayudarme, tengo mucho miedo, miedo de todo lo que pueda pasarme a mi y mi familia”, reveló la Patrullera Dayanis Vanessa De las Salas Saltarín, natural de Puerto Colombia, Atlántico, quién desde hace algunos meses laboraba en la capital del país.

Fue el caso de abuso sexual del que fue víctima cuando trabajaba en el Sistema Integrado de Información Policial – Sipol con la Policía Metropolitana de Bogotá, donde asegura Dayanis que fue violentada por dos compañeros de trabajo cuando se encontraba en un apartamento el pasado 27 de marzo del 2022, “no he podido dormir en lo absoluto, he perdido mi apetito y todo porque dos personas que considere en su momento amigos, me violaron“, sostiene Dayanis

Me Violaron y no tuve la culpa

En estos momentos Dayanis no se explica cómo siendo compañeros de trabajo, pudieron ser capaz del tal delito, siendo patrulleros como ella, pero gran desconcierto siente al ver que la misma institución a quien siempre ha demostrado cariño y lealtad, no le ha ayudado a adelantar el proceso para hacer justicia y respondan por lo cometido.

La joven no sabe con claridad como fue al parecer abusada sexualmente por sus compañeros de labores.

Tras una semana de arduo trabajo como patrullera de la Policía Nacional en Bogotá, Dayanis Vanessa De las Salas Saltarín esperaba con ansias la llegada de ese fin de semana para disfrutar un buen momento de rumba y diversión.

Por eso con dos compañeros de la institución, con los que recorría en una patrulla las calles del barrio Restrepo, en Bogotá  decidió la noche del sábado 26 de marzo improvisar en la fría capital un festejo alegórico al Carnaval.

Los tres en traje de civil llegaron a una discoteca del Restrepo y comenzaron a compartir el contenido de una botella de whisky.

De acuerdo con lo que narró Dayanis Vanessa a su mamá, Albis Saltarín, al alegre grupo se sumó una pareja que no estaba invitada, que al parecer llegó de casualidad al sitio, pero a la que recibieron con entusiasmo porque se trataba de otro compañero de la Policía que venía acompañado de su novia.

Sobre el transcurrir de aquel momento emotivo Dayanis le contó a su madre, que paulatinamente fue perdiendo la consciencia, al punto de que la memoria se le convirtió en un montón de vivencias borrosas, con muchos grises, hechos que no recuerda completamente ni hilvana en su totalidad.

La patrullera logra recordar que no había tomado lo suficiente como para caer en un estado de alicoramiento tal que no le permitía coordinar sus movimientos, ni pensar con claridad.

En medio de esta semiinconsciencia logra remendar pedazos de su estado, y recuerda que sus acompañantes, policías de civil, la sacaron del establecimiento y en la calle le tomaron fotografías desnudas.

Dayanis dice no saber cómo llegó a ese momento de permanecer sin ropa, que fue aprovechado para las tomas fotográficas y de videos con celulares, por parte de sus colegas de la institución armada.

Pero el asunto no paró allí, según el mismo relato de la patrullera a su señora madre, el grupo llegó al apartamento en el que esta reside y entonces se desataron los vejámenes.

Dayanis Vanessa logra rescatar del fondo de su memoria que en medio de su aturdimiento mental fue violada, abusada sexualmente en repetidas ocasiones por sus compañeros de uniforme, a los que tiene plenamente identificados y cuyos nombres los entregó a la Fiscalía General.

Al día siguiente, domingo 27 de marzo, recordó sola en el inmueble, desnuda, con el cuerpo adolorido, señales de golpes y las evidencias que como mujer le hacían saber del abuso sexual del que había sido objeto.

Lo primero que hizo al recobrar la conciencia fue comunicarse en Puerto Colombia con su señora madre y narrarle la dura experiencia.

La señora Albis Saltarín se trasladó de inmediato a Bogotá, a brindarle ayuda a su hija y a servirle de soporte en todo lo que esta necesitara.

Dice que instauraron denuncia ante la URI de la Fiscalía y ante la misma Policía, pero una semana después de los hechos no hay resultados de investigación alguna, el caso parece que le hubiesen echado tierra.

Tan es así que sus compañeros uniformados a los que señala de lo que vivió esa noche trágica continúan en sus funciones policiales como si nada hubiese pasado.

Ni siquiera un requerimiento, una declaración, una ampliación de la denuncia por parte de mi hija. Nada ha hecho la Fiscalía y ni la Policía, mientras tanto estos hombres pueden seguir en estas fechorías”, relató la compungida madre en diálogo con Zona Cero desde Bogotá, donde sigue apoyando a su hija.

Dayanis Vanessa cuenta 21 años, graduó de patrullera en la escuela de Policía de Santander, y lleva un año y siete meses de servicio en la institución.

La joven se encuentra incapacitada por Medicina Legal, y permanece en un profundo estado depresivo que la lleva a llorar constantemente, asegura la mamá.